En el pasado las civilizaciones aplicaban regulaciones en los mercados comerciales. Aunque estos métodos eran primitivos permitieron que se estandarizaran los pesos y medidas. Además, se imponían castigos al que cometiera estafas y robos.
En la actualidad existe en todos los países la disipación regulatoria, donde se aplican con frecuencia reglas al comercio. Este tema es relevante y las empresas deben estar preparadas para enfrentar los cambios en los escenarios comerciales.
¿Qué es la Disipación Regulatoria?
La disipación regulatoria o mercado regulado consiste en una serie de medidas que aplican los organismos gubernamentales de un país. Con el propósito de establecer reglamentos sobre cómo se deben comercializar bienes y servicios. Entre los que destacan:
- Estatutos para proteger el derecho de los consumidores.
- Normativas de seguridad en la fabricación de productos.
- Leyes sobre mejores condiciones laborales y sociales.
- Preceptos sobre la disminución del impacto ambiental.
En México la Comisión Federal de Mejora Regulatoria es un ente gubernamental dependiente de la Secretaria de Economía del Gobierno. Encargada de fomentar la total transparencia en la elaboración y aplicación de todas las regulaciones en beneficio de la sociedad.
Disipación Regulatoria mediante el T-MEC y el Sector Automotriz
Un claro ejemplo de disipación regulatoria reciente del año 2018 es el T-MEC. Un tratado firmado por México con Estados Unidos y Canadá. El cual se ha catalogado como uno de los acuerdos comerciales más importantes en su tipo. Este pacto sustituye al Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
Cabe destacar que, el T-MEC establece cambios muy importantes en esta región. Entre los que destacan modificaciones en la cadena de suministros, el registro de procesos y luchar contra la corrupción. También, establecer mecanismos para mejorar el medio ambiente, el comercio electrónico y los salarios de los empleados.
Para nadie es un secreto que la industria automotriz en México, es una de las más pujantes de la región. Según datos de la AMIA (2018), México obtuvo el sexto lugar como productor mundial de autos. Igualmente, informes de la OICA (2017) el primer lugar en Latinoamérica y el cuarto lugar como exportador mundial de coches ligeros.
Además, México y los Estados Unidos comerciaron automóviles y autopartes por una cifra de 146 mil millones de dólares. Asimismo, el 15,3% de las exportaciones del país fueron realizadas por el sector automotriz.
Adicionalmente, en el país operan 9 empresas fabricantes de vehículos. Igualmente, en la producción de autopartes para el año 2017 estaban establecidas 2600 plantas. De las cuales el 65% son filiales de compañías extranjeras.
Por lo que, la aprobación del T-MEC fortalecerá aún más la competitividad de esta importante industria. Ya que, con este acuerdo se debe aumentar el proceso productivo en siete años de 63% a un 75%. Propiciando un escenario de estabilidad económica y penetración a otros mercados extranjeros.
De igual forma, los sectores de la industria automotriz tendrán que cumplir con otras metas. Como utilizar un 70% de materia prima como acero y aluminio propios la nación. También, distribuir un 45% de la fabricación de los vehículos a empleados que devenguen 16 dólares por hora.
Un aspecto relevante del T-MEC es la protección del medio ambiente, para el desarrollo de la población. Donde se impulse la protección de la diversidad biológica en la flora y fauna. Además, reducir la basura y contaminantes del mar, minimización de las emisiones y concentraciones del CO2, mercurio, hidrocarburos, etc.
Adicionalmente, en el T-MEC se establecen medidas contra la corrupción. Para evitar acciones indebidas en el manejo de las empresas. Por lo que, las organizaciones deben tomar acciones anti corrupción, como divulgar sus estados financieros, normativas contables y de auditoria.
Conviene señalar que, el T-MEC instaura un capítulo para la administración aduanera y la facilitación del comercio. Donde se instituyen mecanismos en los procesos de importación y exportación. Que incluyen elementos como documentaciones, procesos, preferencias arancelarias, impuestos, etc.
Es importante señalar que, las organizaciones que no den cumplimiento a las regulaciones instauradas. Corren el riesgo el cancelar aranceles por el orden de un 2.5% conforme con la cláusula de estatuto de nación más favorecida. La cual está establecido en la Organización Mundial de Comercio.
Asesoría externa para cumplir con la Disipación Regulatoria
Afrontar un contexto de cambios constantes no será fácil para las empresas. Pues, el T-MEC tiene implícitas regulaciones que causan impacto en la operatividad y estrategias comerciales de las organizaciones.
En una encuesta realizada en el año 2018 por la reconocida consultora PwC a varias compañías en México. Sobre la preparación de su capital humano acerca del T-MEC, se obtuvieron los siguientes resultados:
- 39% de los encuestados manifestó que su talento humano no tiene las competencias de un complience officer. Por lo que, está “algo especializado”.
- El 34% alegó que el personal esta “poco especializado”.
- Un 27% opinó que su recurso humano es “muy especializado”.
Según estos datos solo un 27% de las empresas encuestadas, posee personal capacitado para encargarse del cumplimiento del T-MEC. Esto es preocupante porque las organizaciones pueden estar expuestas a riesgos como multas y sanciones. Si no se obedecen las normativas de este tratado ante las autoridades.
Una estrategia para evitar inconvenientes laborales, legales, financieros y fiscales. Es externalizando ciertas funciones de alto nivel que puede cumplir un complience officer. Este es un asesor experto de una empresa outsourcing. Que puede apoyar a la compañía a cumplir con las regulaciones del T-MEC.
El asesoramiento de un complience officer es muy conveniente, con respecto a costos, efectividad y eficiencia. Ya que, en ciertas compañías no tienen a disposición recurso humano. Con conocimientos actualizados requeridos para hacer frente al tema de disipación regulatoria.
La subcontratación de una empresa outsourcing ahorra tiempo y dinero. Ya que, un complience officer puede revisar las políticas de cumplimiento y orientar al personal. De igual forma, efectuar evaluaciones de riesgo ético y de cumplimiento, supervisar, realizar auditorías, informes, entre otras funciones.
Un complience officer de un outsourcing efectuará acompañamiento en el abordaje de demandas de cumplimiento. Mientras las compañías enfocan la atención en sus verdaderas funciones productivas y comerciales.
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Asimismo, las corporaciones no tendrán que hacer grandes inversiones en procesos de reclutamiento, selección y capacitación. Que por lo general son procesos largos por los cuales no se puede esperar mucho tiempo.
Ya que, la compañía requiere de manera expedita los servicios de una empresa tercerizada que facilite un complience office. Para que preste su asesoramiento en el cumplimento de los reglamentos legales externos e internos. Para administrar el riesgo regulatorio y así evitar cometer infracciones.
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