Conoce cómo satisfacer esa parte "personal" o las necesidades humanas de tu colaborador con el salario emocional. Si estás buscando formas de tener una organización saludable ¡Esta es una de esas claves fundamentales que tendrás que tener en cuenta!
A todos nos ha pasado alguna vez en la vida que nuestro trabajo se siente asfixiante, pesado, difícil de realizar. Cada día nos levantamos y lo primero que viene a la mente, junto con la sensación de apatía total, es: “tengo que ir a la oficina, otra vez”. Te dejamos uno de nuestros contenidos favoritos donde se explica de buena forma qué es el salario emocional:
Lo anterior es el resultado de la falta de motivación. A muchas personas, la rutina de la oficina, el ambiente de trabajo, incluso los tiempos de traslado, puede comenzar a causar una fricción en su día a día, haciendo sus labores más tediosas, menos emocionantes, incluso haciendo que comiencen a considerar, seriamente, la posibilidad de cambiar de trabajo. Esto tiene que ver con el capital humano y cómo lo manejamos en el día a día en tu empresa.
Según las teorías clásicas de la administración de personal, que entienden la motivación de la misma forma en la que un martillo entiende la sutileza, lo que hay que hacer es ofrecerle a los trabajadores más dinero para que se sientan motivados (leer sobre motivación salarial). O por otro lado llenarlos de reportes para que el miedo, en el más puro estilo 1984, sirva como inhibidor de cualquier conducta apática.
¿Pero qué pasa cuando nos enfrentamos a estas nuevas generaciones de trabajadores, que no ven en el dinero un motivador, o que ya no tienen miedo pues saben que a lo largo de su vida van a cambiar, por lo menos, cinco veces de trabajo?
La ciencia no miente, y desde mediados del siglo pasado varios investigadores han formulado teorías importantes sobre qué es lo que nos motiva, pero por alguna razón, en especial en nuestro país, nadie los ha escuchado.
Y entonces llega el salario emocional ¿Pero qué es?
El salario emocional es un tipo de remuneración que no tiene que ver con lo monetario. Parte, por supuesto, de la idea de que la remuneración económica al trabajador es la adecuada --esto es importante, porque de no ser así, el salario emocional tendrá un efecto limitado--, y va a ayudar al trabajador a satisfacer sus necesidades personales, familiares, de autosuperación etc. Cabe señalar que este tipo de salario no es posible en todos los escenarios laborales, pero es altamente efectivo cuando se trata de personas que no están en las líneas de producción.
¿Y cómo lo hace?
Ofreciéndole a los trabajadores algo más que dinero, o recompensas físicas. Le ofrece a las personas que laboran en nuestra empresa la oportunidad de ejercer su trabajo a partir de los tres ejes de la motivación moderna: autonomía, maestría y propósito.
Dar a los trabajadores la oportunidad de ser autónomos con su trabajo, de aprender nuevas habilidades que les resulten útiles, y de trabajar hacia un propósito concreto, en el que crean, no sólo los motiva, sino que hace algo que no se ha conseguido, en especial en los últimas décadas, a través de los premios y los castigos. Y es que el salario emocional aumenta la fidelidad de los trabajadores.
Un salario emocional ayudará a tu capital humano
Hay varias formas de salario emocional, pero lo más conveniente es no ceñirnos a solo una, sino combinarlas, de tal suerte que los trabajadores se sientan realizados, sean más productivos y más leales a la empresa. El punto principal de implementar una estrategia basada en el salario emocional es que puedas incrementar la productividad de tu capital humano. Si este es un tema que te interesa ¡Hemos escrito un ebook que te encantará! Conoce cómo puedes reducir riesgos y mejorar procesos administrativos ¡Estás a un click de distancia!
