Bien dicen que trabajar a distancia ha implicado un reto para las industrias, pero nada tan significativo como el reto que ha implicado para los líderes de equipo aprender no sólo a gestionar a la distancia sino en mejorar la comunicación entre los miembros de sus equipos.
Antes de comenzar, te invito a tomarte un momento para pensar en una situación que consideres podrías mejorar al interior de tu equipo, con esto en mente, veamos cómo aplicar los 3 pasos para gestionar a tu talento.
1. Motivación constante, todo el tiempo
¿Te ha pasado que deseas iniciar una nueva actividad, pero no te decides a comenzarla? Bueno, pues no son faltas de ganas, es sólo falta de motivación, y la forma más sencilla de encontrarla es ligándola a un objetivo claro y alcanzable. Por ejemplo, quieres “comenzar a hacer ejercicio”, pero no basta el deseo de hacerlo, hay que poner 1 objetivo: quiero correr 5 km diarios hasta alcanzar un tiempo aceptable para inscribirme a mi 1ª carrera.
El talento humano es esencial, potencialízalo.
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Justo así es como puedes motivar a tu equipo, ya sea comercial, administrativo, de recursos humanos y más. Sin un objetivo es fácil perderse en el camino, y simplemente pasa a ser una actividad rutinaria, pero cuando esta tarea la ligas a un propósito medible en el tiempo, cada vez que te acercas más podrás detectar una motivación genuina. Ponlo en marcha al interior de tu equipo y comenzarás a ver cómo es que responden, unos de manera distinta, pero con un objetivo en mente.
2. Comunicación para resolver.
Podría parecer que, en medio de un mundo sumamente intenso en tecnología, la comunicación humana puede pasar a segundo plano, pero nunca fue tan importante poner en práctica uno de los soft skills más demandados hoy en día.
Comunicación, sí, aunque parezca algo de lo más común, es una de las habilidades blandas más buscadas, pero también menos desarrollada por varios líderes. Es importante que establezcas reuniones periódicas, cortas y siempre con 1 objetivo, de lo contrario pueden tornarse largas y poco efectivas. Por ejemplo, si tu reunión es para resolución de problemas, realicen una lista al inicio, y al final escriban los acuerdos a los que se llegaron, así como las fechas de la siguiente revisión. Es muy importante establecer una hora de inicio y una hora de final, esto permite a todos ser concretos; olvídate de las reuniones largas y con demasiados participantes, esto solo retrasará a tu equipo y el objetivo principal se puede diluir.
3. Todo inicio tiene un final.
Establecer horarios te permitirá a ti y a tu equipo incrementar su eficiencia; dejemos atrás ideas como que la cantidad es igual a calidad, por el contrario, las jornadas largas resultan desgastantes. Recordemos que lo mejor es tener objetivos y fechas claras. De esta forma ten por seguro que motivarás a tu equipo a entregar en tiempo, apegándose a los acuerdos establecidos en conjunto. Si tu respetas los horarios, las fechas y todos aquello que pueda medirse, obtendrás lo mismo de parte de tu equipo. Es importante establecer límites como el tiempo de tolerancia para conectarse a una reunión, así como la hora máxima para hacer envío de reportes, documentos, etc. Apuesta por incrementar la eficiencia y no sólo la cantidad de horas que se trabaja.
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